martes, 18 de marzo de 2014

Un legado de educación y excelencia musical

En diciembre pasado tuve el placer de recibir un ejemplar de la obra Mozarteum Venezuela. Un legado de educación y excelencia musical, escrito por mi profesor y amigo José Ángel Rodríguez para la Fundación Cisneros. José Ángel es una peculiaridad dentro de la nueva generación de historiadores venezolanos: un investigador global en todos los sentidos. Representante de esa nueva forma de escribir la historia, mitad historiador, mitad antropólogo. Su aporte a la historiografía venezolana y mundial, algún día será reconocido de manera más general.

Hojear por primera vez las páginas de esta nueva obra, me evocó por instantes las primeras lecturas que hice de sus obras: su ponencia “vicios dieciochescos”, sus ya clásicos libros Babilonia de pecados y Venezuela en la mirada alemana. Luego me aparece Visiones de oficios. Historiadores venezolanos en el siglo XXI.

El catálogo desde entonces ha agregado unos cuantos títulos más. Así, que si una obra, como la que comentamos, está firmada por José Ángel, es garantía de trabajo arduo, bien pensado y con la visión de un buen intelectual del siglo XXI. Es decir, conocedor de causa y con una perspectiva global, como la que ha logrado tener José Ángel, al definirse como un “viajero impertinente” que ha vivido hasta ahora en ocho países y viajado por cuarenta naciones de los cuatro continentes, como leemos en la reseña biográfica del libro que nos atañe.

El asunto. Mozarteum Venezuela, está dividido en tres partes, además de un preludio, una coda donde comenta su enfrentamiento a las fuentes orales y su respectivo inventario de fuentes consultadas. Además cuenta con un índice onomástico y otro institucional. Adicionalmente contiene una presentación de Patricia Phelps de Cisneros y un prólogo de Zubin Meta. Se le suma una importante selección de imágenes, conformada por fotografías, programas de manos y otros documentos.

La obra narra la historia de uno de los pilares del movimiento musical venezolano surgido a mediados de los años ochenta del siglo XX, que permitió sembrar la semilla de la música clásica en Venezuela con sello de relevancia mundial y germinar en las nuevas generaciones esa inquietud e interés por el mundo musical. Es justo la labor cumplida por la Fundación Mozarteum Venezuela, creada por Patricia Phelps de Cisneros y Gustavo Cisneros en 1985.

Como nos lo cuenta José Ángel Rodríguez, la historia de Mozarteum, que comprende el Centro Mozarteum y la Escuela Mozarteum, basada en promoción de la excelencia musical, puede ser divida en tres partes. La primera en la cual dicha institución apoyó la contratación de orquestas, ballet y reconocidos solistas internacionales.

La segunda, en paralelo, se crearon las bases, “para formar e incrementar el talento musical venezolano” desde el Centro Mozarteum, a través del financiamiento de clases magistrales, audiciones internacionales y las “generosas contribuciones de universidades, escuelas de música y fundaciones estadounidenses y europeas al perfeccionamiento de nuestros jóvenes interpretes”.

Todo lo anterior, dio “excelentes resultados” y que sirvieron como estímulo para crear una institución educativa para solistas con proyección internacional. Esa es la Escuela de Música Mozarteum de Caracas. Y es lo que se narra en la tercera parte del libro.

Como todas las obras de José Ángel, muy bien escrita, de una excelente estructura, con atractivos títulos y basada en una interesante variedad de fuentes documentales, orales, gráficas y audiovisuales. ¡Enhorabuena! Este nuevo título, ejemplo de un legado de la educación y excelencia musical venezolana, puede ser consultado en el Centro Documental del Teatro Teresa Carreño.

Jesús Eloy Gutiérrez