Y para más señas lo hacen en este Mes del Artista Nacional (MAN), celebración que se hace en Venezuela desde el 6 de junio de 1944, gracias a la creación del Sindicato Profesional de Radio y Televisión. Serán recordados por su creación y difusión de la música venezolana. Nos referimos a Otilio Galíndez, el “Pavo” Frank, Néstor Rincón y Cleotilde Billings.
El primero de ellos, Galíndez, nació en Yaritagua el 13 de diciembre de 1935. Años más tarde formó parte del Orfeón Universitario de
Dos días más tarde, sonó una vez más
Por su parte Rincón Páez, nació el 26 de septiembre de 1933. Formó parte del grupo de Jesús Lozano y sus gaiteros, siendo fundador años más tarde junto a sus hermanos Hernán, Adafel, Randolfo y Homero, además de Francico Morales del conjunto Rincón Morales, agrupación reconocida por ser los creadores de la “gaita romántica”. Como compositor, Enrique Gotera le grabó Chini, Chinita y Rayza Portillo Mi soberana. Se destacó estos últimos años como empresario y director de dicha agrupación gaitera, despidiéndose de
Y del furro “respondón” con su verada suelta, pasamos a las baquetas de una batería y un timbal, que dejaron de sonar el 16 de este mes del año
Actuó junto a Tito Puente, Damaso Pérez Prado, Chick Corea, Jimmy Smith, entre otros exponentes de la música latina y el jazz. Su último concierto se llevó a cabo en el Teatro Municipal Caracas, con la Orquesta Sinfónica de este municipio, bajo la conducción de Rodolfo Sanglimbeni, el 12 de junio de 2006. Entre sus reconocimientos se encuentran el Mara de Oro, Águila de Oro y fue declarado Patrimonio Viviente por
Cuando parecía que en el cielo tenían armada la orquesta, repentinamente bajan en búsqueda de un integrante más, esta vez una dama que con su calipso supo hacer del Callao el centro de atracción de miles de visitantes. Ella es Cleotilde de Billins, la última “madama”. Fue fundadora junto a Leopoldo Billings de la agrupación Yuruari. Merecedora del “Premio a la canción popular” y del “Sol de oro
Al recordar a estos grandes exponentes de la música, estaremos homenajeando su estadía en la tierra, su viaje a la eternidad y la permanencia de su alma en las sonoridades celestiales venezolanas y universales.
“Mis canciones son pedacitos de alegrías por aquí, y pedacitos de tristezas por allá ¿y porque no? de los guayabos también. No tengo necesidad de buscar en libros, ni escuchar una canción para hacer mis versos, en ocasiones hasta me asusto, porque las letras me vienen con música incluida y miro a
Otilio Galíndez
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